Como futuros docentes, y con una
pequeña formación a nuestras espaldas, donde clases teóricas y prácticas en
diferentes centros educativos han tenido mucho que ver, consideramos que la
escuela no ayuda a desarrollar en los alumnos la creatividad. ¿Por qué pensamos esto?
Es común ver en las escuelas un
aprendizaje basado en la memorización de conocimientos, en tanto que dejamos a
un lado los intereses y las motivaciones del alumnado. Esto que parece no tener
mucha importancia, puede ser destructivo para la educación y llevarnos hasta
consecuencias insospechadas.
Las centros educativos se han
convertido en fábricas en las que su principal objetivo es conseguir a alumnos
con unas mismas ideas, obteniendo así individuos modelos y, por tanto, dejando
a un lado los intereses y las opiniones de estos, así como sus características
individuales que lo diferencian del resto. Esto, consecuentemente, está
limitando la creatividad de los alumnos y su capacidad de expresión tanto en la
escuela como en la vida cotidiana, lo que supone convivir en una sociedad de individuos
dependientes del sistema, el cual se rige por una jerarquía de asignaturas en
función de su utilidad para conseguir un trabajo en el futuro.
Ser creativo es una forma de
aprender y en las escuelas no permitimos que nuestros alumnos lo sean.
Este grupo propone reflexionar
sobre aquello que interesa al alumnado, a cada uno de ellos de forma
individualizada. Podremos entonces encontrar en nuestras escuelas a niños que
prefieran profundizar en las matemáticas y otros, que prefieran hacerlo en el
dibujo.
Quizás el talento de un alumno
esté en la música y dicho talento puede conducirlo hasta su futuro profesional.
Sin embargo, la escuela no permite con la fabricación de modelos de individuos
mencionados antes, que el alumno se desarrolle y crezca en esta temática.
¿Cuántas veces nos hemos
encontrado ante un docente que ha fijado una serie de estrategias para realizar
un examen, dar solución a un problema o dar color a un dibujo? Seguramente, la
respuesta sea muchas, pues es frecuente una metodología tradicional en la que
la opinión del alumnado queda al margen y donde los errores no son considerados
como la vía que nos conduce hasta el éxito, sino que por el contrario frustran
al alumnado.
Así pues, este grupo propone
poner en práctica la innovación en los Centros y trabajar desde los intereses
de los propios alumnos, dejándoles libertad
para que construyan sus propias ideas y desarrollen su creatividad,
permitiendo que saquen al exterior el talento que llevan dentro.
A continuación, os mostramos una imagen muy sugerente que nos invita a
reflexionar sobre la misma temática que hemos seguido en este post.
No hay comentarios:
Publicar un comentario