Teniendo en cuenta la clase a la que pudimos asistir el
pasado miércoles 2 de Abril, en la que un experto en docencia nos habló sobre
nuestra actual metodología de enseñanza en relación con la de otros países,
este grupo ha decidido presentar una reflexión en la que planteamos la
importancia sobre la cuestión que da título a este post.
En primer lugar, recordar que nuestro país se encuentra
entre los resultados más bajos obtenidos en los informes PISA. Esta situación,
que no solo se ha producido una sola vez, sino que por el contrario, se repite
con frecuencia y se prevé que siga, nos lleva a considerar que algo en nuestra
educación está fallando.
Mientras que nuestro país enseña una metodología tradicional
basada en el aprendizaje de contenidos, los países como Finlandia o Canadá, que
encabezan los informes PISA, tienen como metodología una enseñanza basada en
las competencias. En ellos, el profesor enseña mediante "retos". A
los alumnos se les propone una actividad (reto) y trabajando en grupos deben
encontrar soluciones, lo que les permite adquirir el conocimiento de forma
personal reduciendo contenidos y tiempo a la vez que desarrollan las
competencias básicas.
En estos países, los alumnos desde pequeños son incentivados
a que piensen y creen sus propias deducciones, pues lo importante no es que los
alumnos asistan a la escuela sino que verdaderamente aprendan en ella.
Esto no solo afecta a los alumnos. La figura del docente
está reconocida como el mayor prestigio, pues los alumnos con mejores
calificaciones son los únicos que pueden acceder a esta profesión. Con respecto
a esta afirmación estamos totalmente de acuerdo, pues ellos son los encargados
y responsables de formar a los alumnos. Esto es uno de los aspectos que hacen
que estos países tengan los mejores sistemas educativos del mundo.
Por todo ello, es necesario un cambio, una mejora que nos
haga progresar y poner nuestra educación en unos puestos más elevados, y una
forma de conseguirlo es aprender de los países mencionados anteriormente.
Para lograr esto, es necesario un cambio en el sistema
educativo, pero un cambio no solo que afecte a los alumnos sino también a los
futuros docentes, es decir, un cambio tanto en nuestra metodología usada para enseñar a los alumnos como un cambio en la
manera de formar a los futuros docentes, pues ellos son los que impulsarán la
optimización de nuestra educación.
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